
La alegría nos inunda porque están los cimientos y está el contrapiso. Lo que
muchas tantas veces fue un intento fallido, ya es más que eso. Si hay base hay
esperanza de que este viaje pueda llegar a puerto; esto ya no está en el aire;
se puede empezar a construir sobre roca y abundan las bendiciones del Padre para
quien construye así su casa.
Estamos felices de ver la primer etapa concluida, de comprobar que este
primer paso tuvo la fuerza esperada y de tener fe en lo que viene. La
generosidad de la gente va apareciendo de a poco y el comienzo de las paredes es
casi un hecho. Hay fiesta en el cielo.