
Curupay es la madera que en otra época de nuestra historia, quizás a principios del siglo pasado, traída desde el sector serrano del Parque Chaqueño, fue puente del viejo Tren Sáenz que transitó hasta 1977 nuestra clásica y tantas veces fotografiada estación ferroviaria. Curupay es la misma madera que con el desmonte de los ferrocarriles de nuestro país quedó por años olvidada y a la intemperie en algún lugar del pueblo de Tomás Jofré.
La fortaleza intacta y las fibras dóciles conservaron hasta estos días los viejos durmientes, ávidos de volver a relucir su nobleza, y su momento por fin llegó, gracias a la gentileza de Don Domingo Silvano, un hombre que es casi el apellido del pueblo.
Él los guardó hasta hoy y los puso a los pies de nuestra querida Capilla. El resto fue tarea de Dios y de las manos artesanas de Alejandro Plenkovic y su padre Fabián, desde la ciudad de San Antonio de Areco, encargados de descubrir las maravillas que habitaban el interior de la madera: el altar mayor y los dos pequeños, las sillas principales, el atril, las bases del viacrucis y tantos otros elementos que vestirán de Curupay el interior del templo; que hoy esperan con ansias el glorioso 25 de marzo de 2011.
Nuestra felicidad es absoluta y nuestro agradecimiento infinito a tanta mano generosa. Que las imágenes cuenten la historia.
La fortaleza intacta y las fibras dóciles conservaron hasta estos días los viejos durmientes, ávidos de volver a relucir su nobleza, y su momento por fin llegó, gracias a la gentileza de Don Domingo Silvano, un hombre que es casi el apellido del pueblo.
Él los guardó hasta hoy y los puso a los pies de nuestra querida Capilla. El resto fue tarea de Dios y de las manos artesanas de Alejandro Plenkovic y su padre Fabián, desde la ciudad de San Antonio de Areco, encargados de descubrir las maravillas que habitaban el interior de la madera: el altar mayor y los dos pequeños, las sillas principales, el atril, las bases del viacrucis y tantos otros elementos que vestirán de Curupay el interior del templo; que hoy esperan con ansias el glorioso 25 de marzo de 2011.
Nuestra felicidad es absoluta y nuestro agradecimiento infinito a tanta mano generosa. Que las imágenes cuenten la historia.